viernes, 29 de octubre de 2010

Irezumi (para Gran Tusk)

Imagina estar en una oficina inmerso en una rutina en la que día con día ves a tus
compañeros de trabajo llegar e irse cabizbajos, sin palabras. Los días transcurren
con la pesadez burocrática del trabajo dentro del sistema y nada parece mostrar
señales de cambio en ningún momento próximo. Un día, a la hora de la comida, la
lluvia imprevista te empapa a ti y a algunos colegas que decidieron salir en su hora
gris de comida: a algunas chicas se les mojó la blusa, otros, más previsores, traían
saco. En eso, volteas, observas el brazo tu colega, el serio. Su camisa blanca, ahora
empapada, hace que se transparente un brazo totalmente cubierto hasta la muñeca
con imágenes incrustadas en la piel. Esta situación puede ser relativamente común
en ciertos contextos de nuestra ciudad, no obstante, en Japón, es una realidad
silenciosa.

El irezumi o el arte del tatuaje japonés, se remonta hasta hace alrededor de 10
000 años. Actualmente, el tatuaje en Japón está manchado con una connotación
negativa, se ha prohibido e incluso ha sido asociado con la mafia japonesa: los
yakuza. Incluso así, se ha mantenido como una práctica constante, a cargo de un
horishi, para aquellos que buscan hacerlo de la manera más tradicional (incluso
cuando esto implique ir a sesiones semanales en periodos que van desde uno hasta
cinco años) claro que para los simples mortales existe también el yobori, el tatuado
con máquina.

La tradición, entonces, implica un tatuaje más doloroso de lo común, pero además
de doloroso, éste se vuelve una pieza de cuerpo completo, un traje corporal en
el que las pantorrillas, las muñecas y las manos, un espacio al centro del pecho y
el cuello se dejan libres de tinta: lo suficiente para portar la vestimenta de todos
los días y no mostrar la piel rayada. Estos tatuajes llegan a ser tan apreciados que
hay familias que deciden guardar la piel tatuada y enmarcarla, hacer un cuadro
de sus seres queridos para colgarlo en la sala, junto a la foto de los niños. Así que
preocúpate si algún día encuentras un cuadro con la piel extendida en la que te
parezca familiar el diseño oriental: Godinez, el serio, tuvo un accidente.

http://grantusktattoo.com/2010/09/27/art3/


1 comentario: